En marzo, una familia mendocina necesitó $684.753,66 para no ser pobre y $290.149,86 para no ser indigente. En ese contexto, a los comedores les resulta imposible mantenerse en pie, son cada vez más requeridos y cada ve tienen menos recursos.
En Mendoza funciona el comedor Milagro de Dios y quienes lo llevan adelante idea piden colaboración para no tener que cerrarlo y para poder seguir ofreciendo un plato de comida a los menos necesitados.
"Ahora son menos días porque no nos alcanza; hay más demanda de chicos y poca donación. Yo sé que las situaciones no están bien para todos, pero aunque poco, lo que van dando, sirve. Sin embargo, no llego a darle a todos los chicos que ayudo. Ahora no solamente son chicos, son grandes y adultos, y por eso necesito una colaboración mayor para poder llegar a todos y no tener que quitar los días que ya he tenido que quitar", dijo una de las mujeres que todos los días trabaja en el lugar.
Y agregó: "Esta semana ya he quitado el día lunes y voy a quitar el viernes y posiblemente el sábado también, no me alcanza la mercadería, el azúcar, la harina. Por eso estoy pidiendo esa gran ayuda".
En su momento eran 150 las personas que acudían al comedor, hoy estimamos que se acercan unas 180 personas entre niños, adultos y abuelos.