Bares y restaurantes de Mendoza no podrán entorpecer el paso en las veredas

Este jueves, el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Mendoza aprobó una nueva ordenanza que regula el uso de mobiliario por parte de los comercios en las veredas. Esta incluye la prohibición de gazebos y sombrillas oscuras. Corralitos y estructuras móviles para, en caso de una emergencia, no obstruyan el paso de personas. Y una separación de, al menos, 60 centímetros con el cordón que da a la calle para que no haya obstáculos para el vehículo que debe estacionar.

La normativa (Ordenanza Nº4189) se enmarca en la creciente expansión del sector gastronómico y turístico en la ciudad, y busca garantizar una ocupación armónica de las veredas, favoreciendo tanto la seguridad peatonal como la estética urbana. Esta nueva medida establece una actualización respecto a la instalación de mesas, sillas, decks y corralitos en las veredas del centro para los negocios gastronómicos. No cambia la cantidad de mobiliario que cada local puede poner en las afueras, ya que este está reglamentado y dependen de la ocupación y superficie de cada uno.

Uno de los puntos clave de la nueva normativa es que se prioriza la accesibilidad peatonal, evitando que mesas, sillas o cualquier otro mobiliario bloqueen el paso de las personas que transitan por las veredas. Además, se establece que los elementos colocados en la vía pública deben ser seguros, estéticamente coherentes con el entorno y de fácil remoción, esto en caso de que se deben quitar por cualquier tipo de emergencia.

También, incluyeron la prohibición de sombrillas oscuras, esto tiene como objetivo crear un ambiente más luminoso y abierto, contribuyendo a que los espacios al aire libre resulten más atractivos y acogedores tanto para los residentes como para los turistas. La medida se implementa en un contexto donde las características climáticas de Mendoza favorecen el uso extendido de estos espacios durante gran parte del año.

Para aquellos comercios que tengan mobiliario en las veredas que no se ajuste a la nueva normativa, se estableció un plan de adecuación con plazo hasta el 31 de diciembre de 2024 para presentar las modificaciones, y hasta fines de 2025 para completarlas. Como incentivo, el municipio otorgará un crédito fiscal de $500.000 a los establecimientos que se adecuen, además de eximirlos del pago de tasas municipales relacionadas.

Los bares y restaurantes que no cumplan con la nueva reglamentación en los tiempos estipulados enfrentarán sanciones económicas y, en última instancia, la suspensión de su actividad en las veredas. Si la situación persiste, se retirará el mobiliario no autorizado, y los elementos no reclamados podrían ser donados o reutilizados por el municipio.