Un funeral en Maryland, Estados Unidos, terminó de forma violenta cuando un sacerdote enojado echó a una familia de la iglesia.
El religioso perdió la paciencia y, enfurecido “respondió de la forma más inapropiada”, según admitió el propio religioso, que luego le pidió disculpas luego a la familia.
El hecho ocurrió luego de que cientos de personas acudieran el 27 de junio al funeral en honor a Agnes Hicks, fallecida a los 54 años, en la iglesia católica St. Mary de Charlotte Hall (Maryland).
Mientras se desarrollaba el velorio, uno de los invitados hizo caer y dañó el cáliz, lo que provocó una discusión entre el cura, Michael Briese, y la familia.
Según Shanice Chisley, hija de la difunta, el sacerdote faltó al respeto a su madre al gritarles: “¡Saquen esta cosa fuera de mi iglesia! ¡Todo el mundo fuera de mi maldita iglesia!”.
La familia tuvo entonces que acarrear el ataúd de la mujer, que estaba abierto, fuera del templo, mientras la policía llegaba hasta el lugar en respuesta a la llamada del sacerdote.
“Bastante malo es que tuviéramos que enterrar a nuestra madre”, dijo otra hija, Renetta Baker y agregó con dureza: “pero llamarla ‘esa cosa’ y que no haya funeral… no eres un sacerdote, no eres un pastor, no eres un padre del Señor, no eres nada de eso. Eres el diablo”.
Por esta acción, la Archidiócesis de Washington le abrió un expediente administrativo.