El usuario de Twitter Esteban Diácono aprovechó la red social para dar cuenta de una estafa de la que fue víctima y denunciar la inacción de la entidad bancaria. El dramático episodio, que aún no tiene solución, ocurrió el 12 de noviembre del año pasado.
El hombre cuenta que todo comenzó cuando amaneció y se encontró una gran cantidad de mails que le llegaron desde el Banco Santander Río. Eran notificaciones de movimientos que se habían realizado sin su autorización en su cuenta bancaria; fue entonces que se percató que había sido víctima de una estafa.
El usuario cuenta que le habían hackeado su cuenta, le habían cambiado todas sus contraseñas, pedido un préstamos de $100 mil para automáticamente transferir ese dinero a dos cuentas que no tenían relación con él, y pedido la autorización para aumentar el límite diario de extracción. Todo durante la madrugada de una domingo y sin que el banco sospechara de movimientos fraudulentos.
Esteban Diácono relata que fue “disparado” a la sucursal más cercana a su domicilio para frenar lo que estaba pasando. De ahí lo derivaron a la entidad donde estaba radicada la cuenta. Luego de esperar lo tranquilizaron, tomaron su reclamo y le dijeron que en 5 días se iba a resolver todo, cosa que no pasó.
No solo minimizaron la situación, sino que no dieron de baja el préstamo -siguen debitándole las cuotas- ni tampoco aceptaron que el hecho se trataba de un robo de datos.
"Al tiempo (ya con dos cuotas del Crédito debitadas y con una deuda de más de 180K con el banco), recibo un llamado durante el cualun ejecutivo me cuenta que @SantanderRio decretó que las operaciones son válidas y no resultan sospechosas. Yo en casa, grito", escribió el usuario en la red social.
Es que la empresa había equivocado el destinatario de la transferencia; le dijeron que el dinero había sido girado a la cuenta de su madre. "Al borde del ataque de ira pero manteniendo un tono conciliador, les recuerdo los números de operación que había denunciado, vuelvo a enviar todos las notificaciones, notas, comprobantes, etc. Me tranquilizan diciendo que ahora, sí, que seguro ese había sido el error", escribió. Pero el tiempo pasaba y nadie se responsabilizaba del error.
"Corte a esta mañana,cuando me llega otra notificación de @SantanderRio, diciendo que el Banco había resuelto que el pedido del Crédito había sido CON MI APROBACIÓN.¿Cómo llegan a esta conclusión? Nadie de Superlínea sabe decirme", relató. La nula respuesta de la empresa hizo que Diácono buscara ayuda en Defensa del Consumidor.
“Así que acá estoy, ventilando la frustración de lidiar con un banco al que claramente,no le resulta llamativo que un Domingo a las 4 de la mañana uno pida 100 lucas y que a la hora decida girarle ese dinero a dos personas desconocidas”, manifiesta el hombre, y agregó: “Tampoco le resulta llamativo a @SantanderRio que uno envié dinero a retirar por Código o Token o que de la nada suba al quíntuple el límite de extracción diario, todo en un lapso de 4-5 horas y con un cambio de códigos y claves fresco como lechuga”.
"El daño que una estafa así puede hacerle a alguien es enorme, ya que de un día para el otro podés encontrarte con un préstamo por un monto y durante 3 años pagarle al banco el doble. Pero el mayor daño es notar que @SantanderRio no tiene herramientas o voluntad para defenderte", concluyó.