Gerardo Werthein fue nombrado oficialmente como el nuevo canciller de Argentina, tras jurar ante el presidente Javier Milei en una ceremonia breve pero significativa en la Casa de Gobierno. La jura se realizó en el Salón Blanco de la Casa Rosada, donde Werthein, ex embajador en los Estados Unidos, se convirtió en el primer funcionario en jurar por “Dios, la Patria y sobre la Torá”, marcando un hito en el ámbito diplomático del país. Al acto asistieron familiares del nuevo canciller y varios ministros, además de figuras del sector empresarial como Miguel Migoya, Alejandro Bulgheroni y Zulemita Menem.
Werthein, de 68 años, reemplaza a la anterior canciller, Diana Mondino, quien fue desplazada de su cargo tras su voto en contra de los intereses del Ejecutivo en la votación de la ONU sobre el embargo a Cuba de Estados Unidos. Desde su designación, el nuevo canciller ha mostrado una alineación estrecha con las políticas exteriores de Milei.
La llegada de Werthein al Ministerio de Relaciones Exteriores trae consigo una serie de reformas destinadas a reducir costos y optimizar la estructura del Servicio Exterior. Desde su entorno se comenta que Werthein avanzará en el cierre de varias embajadas y consulados situados en países con los que Argentina no mantiene un vínculo comercial relevante. En lugar de embajadas, se establecerían Agencias Nacionales en algunos de estos países, las cuales seguirían prestando asistencia a los ciudadanos argentinos con un menor costo operativo y personal reducido.
Otra alternativa que se evalúa es la de asignar embajadas regionales para manejar relaciones diplomáticas de varios países desde una única sede. Un ejemplo de este modelo sería la gestión diplomática que realiza Suecia con Uruguay desde su embajada en Argentina, lo que permite reducir la necesidad de representación directa en cada nación.
Con el foco en reducir los costos de la diplomacia, Werthein y su equipo planean una serie de ajustes en los salarios y beneficios de los embajadores y otros representantes en el exterior. Desde el gobierno han señalado que los embajadores actualmente perciben entre 15 y 20 mil dólares mensuales, cifra que consideran excesiva. Para el nuevo canciller, algunos puestos diplomáticos son innecesarios, y la política a implementar incluiría un recorte en los sueldos y gastos asignados, basándose en un esquema similar al que utiliza Naciones Unidas para ajustar el costo de vida en cada destino.
Además, se prevé que la reforma en el Servicio Exterior, la cual sería implementada mediante un Decreto, limite los gastos de los diplomáticos, incluyendo rubros como los viajes, y redefina los criterios salariales del personal en el exterior.