En los Juegos Olímpicos de invierno, además de las excelentes performance que se están desarrollando en Pyeongchang en Corea del Sur hay algunas cuestiones de color que están divirtiendo a todo el mundo.
Primero apareció la doble de Angelina Jolie, una jugadora rusa de Curling que cautivó a todos los presentes.
Pero, sin dudas que el parque en honor al pene, es uno de los mayores atractivos satélites de los Juegos Olimpicos invernales.
Ubicado a unos sesenta kilómetros del Parque Olímpico de Pyeongchang, el "Penis Park", lugar de veneración dedicado por completo al órgano sexual masculino, es un referente de la cultura local.
En el parque hay unos cincuenta penes gigantes, esculpidos en diferentes materiales.
"Una leyenda cuenta que un día una mujer, dejada unos instantes sobre una roca cerca del mar por su novio, murió ahogada por una tormenta, que impidió al hombre poder encontrarla. Después de eso, el pueblo de pescadores vecino fue incapaz de pescar. Ya no había peces", cuenta Seyoen Park, una de las guías del Penis Park.
"La maldición terminó cuando un hombre, que había estado de fiesta y que estuvo pasándoselo muy bien en el mar, pudo pescar de nuevo. Los habitantes del lugar entendieron que la joven mujer había muerto antes de haber conocido los placeres carnales y que deseaba ver el sexo masculino. Los habitantes decidieron entonces construir enormes esculturas de penes para satisfacerla", añade la descripción del lugar.
Existen seguramente otras leyendas relacionadas con ese parque de esculturas fálicas.
El Penis Park forma parte de un complejo más amplio, llamado Haesindang Park, que se abrió en julio de 2002, mucho tiempo después de esa leyenda, cuya fecha no se conoce exactamente pero que tendría más de 500 años, según los habitantes de Samcheok, el pueblo de pescadores.
Allí se encuentra el mayor museo marítimo de Corea del Sur, que expone distintos objetos del folklore local y que cuenta con un jardín botánico.
El Gobierno surcoreano, la provincia de Gangwon y el pueblo de Samcheok lo financiaron, precisan las autoridades del parque. Y en 2017 pasaron por el parque 270.000 visitantes, añaden los responsables, que se enorgullecen de que sea uno de los lugares más conocidos de Corea del Sur en el extranjero.
Más allá del éxito turístico, en la población local existe la creencia de que esas estatuas tienen virtudes benéficas. Los niños tienen permiso para acudir a este parque a pesar de sus connotaciones sexuales.
Durante el festival, los participantes pueden aprender a esculpir falos o participar en el "estudio del patrimonio cultural coreano de este pueblo de pescadores".
El parque también es visitado frecuentemente por parejas que desean tener un bebé, como un lugar de culto dedicado a la fertilidad.