Ingenieros británicos declararon una "guerra de alcantarilla" en Londres contra una gigantesca bola grasosa que ha tapado las arterias del sistema, en una lucha que puede demorar semanas.
Según informaron, es de más de 200 metros de largo, y usaron como comparación dos campos de fútbol. Además, pesa 130 toneladas, lo mismo que 11 unidades de los famosos autobuses de dos pisos de la capital británica.
Según informaron los funcionarios de la empresa Thames Water, la masa (llamada fatberg, por su grasosa inmensidad) está compuesta por toallas húmedas, pañales y aceites que la población ha tirado por el inodoro y no a la basura, como se recomienda.
"Es un monstruo total, y demanda mucho personal y maquinaria para removerla", añadieron desde la empresa. Según estimaron, tomará unas tres semanas poder limpiar el alcantarillado, ya que "es básicamente como tratar de romper concreto". Una vez que se perfore, el material será succionado con tanques y enviado a una planta de reciclaje.
Por su parte, el Museo de Londres informó que está interesada en adquirir la pestilente masa. Añadirla a la colección "generaría preguntas sobre cómo vivimos y también inspiraría a los visitantes a considerar soluciones sobre el crecimiento de las ciudades", consideró la directora, Sharon Ament.
"Me gustaría que sea exhibida al lado de la botella de agua del Támesis que causó el Gran Hedor de 1858", explicó.