“Me duele la panza, y la cabeza, voy a googlear qué puede ser…”, “doctor tengo SIBO, ¿qué hago?”, “mejor me tomo el antibiótico que me dio mi amigo, por lo que dice Internet, seguro con esto se pasa…” Frases y diagnósticos que a diestra y siniestra pululan desde nuestra mente, al nuestro cuerpo. Y es que, si antes teníamos miedo a determinados síntomas o a enfermarnos, ir al médico era la primera opción. Internet y la panacea omnipresente de Google cambiaron eso, y pasamos de estar informados, a sobre estar informados y mal informados. Todos parecemos ser médicos que luego de bucear por las redes, determinamos la enfermedad que podemos tener y hasta nos medicamos…Una locura que potencia la ansiedad, angustia y el sobre pensamiento rumiante.
Como destaca la psicóloga Noelia Centeno “hay que diferenciar entre el autodiagnóstico, los miedos hipocondríacos, y cuando tenemos síntomas y acudimos a Internet para corroborar lo que dice el médico o anticipar lo que nos va a decir en la consulta. No es lo mismo, y no está motivado por lo mismo. Nos da tanta ansiedad que nos volcamos a googlear para corroborar el pronóstico".
- ¿La ansiedad nos puede llevar a potenciar los síntomas físicos?
Totalmente, hasta hay persona que llegan al médico y le dicen “doctor qué hago creo que tengo tal o cual enfermedad”, y eso acrecienta ansiedad, angustia etc., que se traduce a creer realmente que mi diagnóstico de Google es real. Encontrar la respuesta a síntomas clínicos en internet es una práctica que en sí misma conlleva riesgos, y la mayoría de las veces deja más preocupadas a las personas que lo que las ayuda. De hecho, según un estudio de Google, de los millones de búsquedas que se registran cada día en el mundo, una de cada 20 es sobre salud.
La angustia misma que provoca la incertidumbre transformada en un diagnóstico aterrador también genera un estrés que es nocivo para el organismo, por lo que paradójicamente podemos estar colaborando con aquello que precisamente pretendemos combatir.
El psicoanalista y doctor en Filosofía Luciano Lutereau, explica “si googleamos síntomas, no es para investigar, sino para confirmar nuestras peores suposiciones. El pensamiento de lo peor sobrevuela lo que buscamos. Es un tipo de pensamiento confirmatorio en el que, a decir verdad, no creemos, pero sí satisface la inquietud de saber y genera acciones ansiosas en las que se realiza el control. Quienes tienen esta conducta de estar googleando síntomas, despliegan toda esa búsqueda de información, pero yo ahí distingo entre información y palabra, que es central: buscan información, no buscan la palabra de alguien, porque lo que tranquiliza es la palabra, que es personal", pondera.
Como explica por su lado Centeno “cuando vivimos con miedo todo, sólo sufrimos no sólo desde lo físico sino en lo mental. Alojarnos en lo que nos hace sufrir, va a decaer en el cuerpo y mente. Hay que acudir al profesional y no adelantarse a nada.
La profesional dialogó con Cada Día, mirá la nota
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