El Día Internacional del Beso Robado, se celebra cada 6 de julio y es una efeméride que ha generado controversia en los últimos años debido a los cambios en la percepción social sobre el respeto y el consentimiento.
Aunque no es una celebración oficial, su popularidad ha crecido en los últimos 15 años, especialmente en las redes sociales, donde abundan contenidos que retoman escenas icónicas del cine y la televisión, a menudo ignorando las implicaciones de la falta de consentimiento.
Una de las imágenes más reconocidas de besos robados es la famosa fotografía capturada por Alfred Eisenstaedt el 14 de agosto de 1945, en Times Square, Nueva York. En esta imagen, un infante de la Marina, George Mendonça, besa inesperadamente a Greta Friedman, una asistente de dentista, durante las celebraciones de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque por mucho tiempo se consideró un símbolo de alegría y amor, hoy en día se reevalúa como un acto de acoso debido a la falta de consentimiento.
Contrario a la creencia popular, el Día Internacional del Beso Robado no tiene su origen en la fotografía de Eisenstaedt. Sus raíces se remontan al siglo XIX en Gran Bretaña, donde era costumbre que los hombres robaran besos a las mujeres que les gustaban. Con el tiempo, esta tradición ha evolucionado para incorporar una mayor conciencia sobre el respeto y el consentimiento.
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