Su sueño era ser vedette pero antes tuvo que ganarse la vida con otra profesión. Romina Arias se convirtió en policía y llegó a ser suboficial pero ahora a los 37 años y después de ser madre de tres años llegó a ser parte de la revista que encabeza Carmen Barbieri como vedette.
Pero el sueño cumplido de debutar como vedette sobre un escenario le costó el puesto de trabajo en la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Las autoridades la desafectaron de la fuerza por incompatibilidad entre la función pública y la nueva carrera que emprendió esta suboficial marplatense.
La joven, llegó a la revista que encabeza Carmen Barbieri luego de sorprender a los encargados del casting de artistas locales que completaron el elenco que se presenta en el teatro Corrientes.
En declaraciones públicas, Romina confió que podía cumplir con las dos funciones pero evidentemente para los jerarcas de la fuerza no era así.
El área de Asuntos Internos de la fuerza tomó intervención en este caso y constató que la uniformada cumplió con su cometido: subió a las tablas y se ganó los aplausos del público, tanto por su estilizada figura como sus condiciones artísticas.
Arias es también campeona de full contact, una disciplina que combina elementos de boxeo y artes marciales que le aportan una gran agilidad y elasticidad en sus movimientos.
La joven suboficial había sido notificada por el Ministerio de Seguridad de su afectación al Operativo Sol que se realiza cada verano en la costa atlántica.
Lo que, además, implica plena disponibilidad horaria. Por eso había hecho un pedido a la superioridad para que se le permita compatibilizar su tarea en la fuerza con la presencia nocturna en el teatro. No solo se lo negaron sino que, cuando confirmaron que se calzó brillos y plumas, la desafectaron de la Policía.