Una joven utilizó sus redes sociales para realizar un crudo relato de una de las situaciones más angustiantes que va a vivir en su vida. Un ladrón se metió a su casa y ella fue registrando en palabras casi el minuto a minuto del temor que sintió con el extraño en su casa.
Ni la seguridad del barrio privado donde vive esta joven, en la localidad de Don Torcuato, partido de Tigre en Buenos Aires, impidió que este ladrón entrara a su vivienda y actuara con impunidad llevándose todo a su alcance.
Pero fue en el momento en que este delincuente se acercaba a ella cuando se preocupó y temió por lo que le podría pasar. Por ello decidió saltar de la ventana, poniendo en riesgo su integridad física.
La joven, después de saltar pudo ser auxiliada, primero por los vecinos y después por la Policía. El ladrón, en tanto, se escapó con el botín y poco se supo de él.
"Hace cuatro días me tiré por la ventana. No me quise suicidar. Me quise salvar. Hubo un día en mi vida en el que me juré que nunca más me iban a tocar un pelo sin mi consentimiento. Desde ese momento siempre pensé que si alguien entraba a robar a mi casa me iba a tirar por la ventana. Llegó el día y, lo que siempre dije sin pensar que podía ser real, sucedió", comenzó.
Y continuó: "El lunes a la 1 de la mañana un hombre entró a mi casa. La recorrió como si fuera suya. Prendió luces, abrió la heladera, llenó una valija con las cosas que se quería llevar y, cuando se aburrió de la planta baja, decidió subir al primer piso. Se trepó para llegar a la habitación en la que yo estaba, inquieta, intentando dormir. Intentaba, pero los ladridos de los perros y algunos ruidos que no detectaba bien de donde venían, no me dejaban".
En su relató, señaló: "Me paré al lado de la ventana y sentí como al otro lado de la cortina y del vidrio había alguien intentando abrirla. Agarré el celular y me fui, rápido y en silencio, hacia la otra punta de la casa".
"Abrí la ventana más cercana a la calle y calculé como tirarme para caer lo mejor posible. Llamé a la guardia, llamé a mi vecina y llamé a la policía. Mientras hablaba con el 911 me paré en la ventana y esperé. Tenía la esperanza de que fuera mi imaginación, pero no. Cuando vi la sombra de una persona que se acercaba, me tiré. Salté desde el primer piso, sin soltar el celular, consciente de que era mi única herramienta de comunicación. Grité, grité, grité. Me levanté como pude. Abrí la tranquera y salí. Miré para arriba y ahí, desde la ventana que me tiré, había una persona mirándome. Él adentro de mi casa y yo afuera", señaló.
Y agregó en su comunicado: "Me arrastré por la calle, unos 60 metros, pidiendo ayuda. Desesperada. Nadie apareció.
Cuando vi a una persona, no tan lejos, me dejé caer. Ya no podía dar un paso más. En ese momento apareció Olivia, mi perra, desesperada y se me tiró encima. Vivió mi dolor tanto como yo".
Continuó su exposición en su Facebook: "En menos de 5 minutos llegó la policía, un vecino que me sostuvo a cada segundo y, más tarde, la ambulancia.
La persona que entró a mi casa se escapó. Y yo no me volví a levantar desde el momento en que me dejé caer, después de 60 metros de arrastre y adrenalina.
Vinieron horas y horas de estudios, calmantes y médicos. Llegó el diagnóstico: fractura de rama izquierda de pelvis y fractura de dos vertebras de la columna. Parece que dentro de todo lo que podría haberme pasado, "caí bien parada"".
Y revivió: "Me quedan por delante días de reposo absoluto, meses de intensos cuidados y dolores múltiples; físicos y emocionales. Miedos, angustias, pero también fuerzas. Esas que a veces no sé de dónde saco. Hoy agradezco poder contar esta historia que parece una película de terror, pero es real. Y agradezco el amor infinito de mi gente querida que me llena de energías para seguir cada día y que, aún ante tantas adversidades, hace que nunca se apaguen mis ganas de vivir".
Concluyó su relato con una frase del Indio Solari de la canción El Tesoro de los Inocentes: "Si no hay amor que no haya nada, entonces".