En pleno 2024, los habitantes de Las Loicas, en el departamento de Malargüe, enfrentan una dura realidad y es que están aislados por el río. Este paraje está dividido por el Río Grande, una de las corrientes más caudalosas de la provincia. Para cruzar, los pobladores tienen que subirse a una antigua jaula colgante para trasladar desde víveres y materiales hasta personas y animales. "Acá es por donde cruzamos todo, el 100% de lo que tenemos", explicó uno de los vecinos de la zona.
Para los pobladores, cruzar el río no es solo un inconveniente, sino una actividad riesgosa y complicada, especialmente en la época de deshielo, cuando el nivel del agua alcanza hasta tres metros de profundidad. Las familias que quedaron del otro lado no cuentan con servicios básicos de atención médica ni tiendas de abastecimiento, por lo que deben depender de este único medio, que tiene más de 80 años, para cualquier necesidad.
"Imagínate, tengo 41 años, y la primera vez que crucé fue a los 9, solo y manejando el carrito", contó uno de los habitantes. Y dijo que se dedica a la crianza y venta de chivos y tiene que trasladarlos en la jaula. "Es un trabajo complicado, y lo peor es el peligro; la jaula no tiene mantenimiento hace al menos nueve años", agrega.
Miriam Verdugo, una periodista que recientemente cubrió la situación en Las Loicas, relató a Noticiero 9: "Cuando necesité cruzar el río en esa jaula, sentí el peligro de la corriente, que en algunos puntos formaba remolinos en el agua. Imagínense para quienes deben hacer este cruce regularmente, incluso niños que deben ir a la escuela y personas con problemas de salud."
Los vecinos piden que les hagan un puente ya que el cruce actual limita el acceso a servicios básicos y representa un riesgo constante. La situación también afecta a personas con necesidades especiales: uno de los vecinos relató que su hijo, quien padece problemas de salud, debe enfrentar esta travesía riesgosa cada vez que necesita ir al médico y que las ambulancias no tienen cómo llegar hasta ellos.