El comedor Los Hornetiros cocina para 300 familias y recibe a personas con historias de vida muy duras de distintos barrios carenciados. La falta de oportunidades laborales y la crisis económica actual hacen que los sectores más vulnerables se vean cada vez más empobrecidos y que llevar un plato de comida a la mesa sea cada vez más difícil.
El comedor Los Horneritos está ubicado en El Algarrobal, Las Heras, y pese a también muchas veces le cuesta conseguir mercadería, se las ingenia para preparar sus clásicas olladas de comida.
Una de las mujeres que fue al comedor este martes contó que tiene diabetes, artrosis y es madre soltera. "Hace como seis años vengo a buscar comida acá. Hago changas cuando puedo, salgo a barrer, a lavar platos", dijo a Noticiero 9.
"Crío a mis hijos sola, venir acá es una ayuda muy importante", agregó y contó que cobra la asignación, pero que le alcanza para una o dos semanas porque "las cosas están muy caras".
"No me alcanza ni para comprarle zapatillas a mis hijos. Y cuando no tenemos comida, yo prefiero que coman mis hijos. Ahora hace dos días que no como", dijo.
Gabriela Carmona, encargada del comedor, trabaja cada día junto a un equipo de voluntarios y señaló que la solidaridad en esta época es algo significativo, ya que con la demanda que cada vez crece más no llegan a cubrirla.
“Si bien lo hacemos de corazón, lo hacemos con todo el amor, pero nos cuesta por ahí el día que llega más gente de lo normal y tener que decirle no hay. Gracias a Dios siempre la gente se ha ido con su plato de comida y en el caso de que no ha alcanzado se les ha entregado por lo menos para que se cocine”.
Cualquier persona que quiera colaborar con el comedor lo puede hacer comunicándose a través de sus redes sociales en Instagram o Facebook. También comunicarse al 2613136783 o se puede donar dinero a través de Mercado Pago al alias: Comedor.horneritos
Gabriela informó que también “nos pueden encontrar directamente viniendo al comedor. Por ahí con materia prima, también la ayuda de voluntarios, porque cada vez también somos menos. La cantidad de personas a las que asistimos es mucha y desgraciadamente no nos está alcanzando las manos para poder seguir”.
“Hoy día hemos hecho seis ollas de comida como ustedes estarán viendo y hace una hora que estamos entregando y aún no da vuelta a la esquina la fila”, describió la situación Gabriela, puesto que centenares de familias se acercaron el pasado lunes en la noche para poder cenar.