Con los cambios en los hábitos de vida, las mujeres eligen quedarse embarazadas cada vez más grandes. Por ello vemos que muchas son madres pasados los 30 y esto ahora podría ser una buena excusa para elegir esa edad para tener un hijo.
Aunque los expertos siempre han situado el rango de edad que va de los 25 a los 29 años como el mejor momento biológico para ser madre, un estudio publicado en la revista de salud Journal of Public Health, afirmó que las madres que tienen a su primer hijo a los 30 años son más longevas que las que lo tienen a los 20.
El estudio, realizado durante los años 2004 y 2013, estudió la relación existente entre la edad promedio de las madres primerizas, la edad media de las mujeres en el momento del parto y el porcentaje de madres adolescentes, y todo ello lo comparó con la esperanza de vida que tienen las mujeres.
Hace tres años, la revista Menopause publicó un informe con resultados similares. En aquella ocasión se estudió la longevidad de 462 mujeres y se vio que las que habían dado a luz a su último hijo después de los 33 años tenían el doble de probabilidades de superar los 95 años de vida con respecto a las que lo habían hecho a los 29 años.
Sin embargo, no debemos olvidar que la edad de la madre es un factor muy influyente a la hora de quedarse embarazada, ya que a mayor edad las probabilidades de lograr un embarazo disminuyen.
Las mujeres nacemos con una reserva ovárica que se va agotando conforme cumplimos años. Al llegar a los 35 años esta reserva está bastante disminuida y las posibilidades de lograr embarazo se reducen al 50 por ciento.
Además, en caso de lograr un embarazo, las probabilidades de sufrir complicaciones durante el mismo o en el parto también aumentan, elevándose el riesgo de diabetes gestacional, hipertensión, cromosopatía del bebé o sangrado uterino.
Por otro lado, pasados los 35 años el parto también puede complicarse, aumentando las probabilidades de prematuridad (un 9,6% de los partos de mayores de 35 años son prematuros) y de otras complicaciones como cesáreas o partos instrumentados, con respecto a las mujeres de menor edad.
Sin embargo, no sólo la edad de la mujer es importante. Otros factores como la edad del hombre, la mala alimentación, el tabaco, o los hábitos de vida poco saludables, también afectarían a la capacidad de reproducción de ambos.