Este miércoles, el Ministerio Público Fiscal otorgó la detención domiciliaria a los rugbiers franceses Oscar Jégou y Hugo Auradou, quienes enfrentan acusaciones de abuso sexual contra una mujer en Mendoza.
Hasta ahora, los deportistas estaban detenidos en la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (Estrada), un establecimiento ubicado dentro del Polo Judicial Penal. Sin embargo, en las próximas horas, serán trasladados a una vivienda que alquilaron sus familiares en la provincia para evitar que sean trasladados al penal.
La Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual determinó que los jugadores del equipo nacional de rugby de Francia sean monitoreados mediante pulseras electrónicas proporcionadas por el Servicio Penitenciario.
Esta decisión se tomó tras realizarse peritajes a los acusados y a sus familiares, quienes llegaron a Mendoza el lunes y ejercerán como cuidadores. Además, se llevaron a cabo encuestas ambientales en la zona donde se encuentra la casa en la que residirán, según informaron fuentes judiciales.
A los imputados se les impuso una caución personal de $5.000.000 cada uno, monto que deberá ser abonado inmediatamente ante la Justicia local para concretar el beneficio de la detención domiciliaria.
Por el caso están imputados los rugbiers franceses, Hugo Araudou y Oscar Alain Jegou. Es por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas y de ser considerados culpables, los jóvenes enfrentarían una pena de entre 8 y 20 años de prisión.
Los jugadores fueron detenidos en Buenos Aires cuando se disponían a regresar a su país luego de que una mujer mendocina denunciara que la violaron en un hotel del centro de Mendoza tras el partido de rugby entre la delegación francesa y Los Pumas.
Los eventos que llevaron a las acusaciones sucedieron tras una celebración en un conocido boliche local, donde los rugbiers se encontraron con la presunta víctima. En una declaración, Jegou admitió haber tenido relaciones sexuales con la mujer, pero insistió en que fueron consensuadas, negando así las acusaciones de abuso.
El abogado defensor, Rafael Cúneo Libarona, manifestó su convicción en la inocencia de sus clientes.
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