Este viernes la Justicia le concedió el beneficio a la religiosa acusada de encubrir los abusos que sucedieron en el Próvolo por vencimiento del plazo de la prisión domiciliaria ¿Qué significa?
Este viernes le concedieron la libertad a Kumiko Kosaka por vencimiento del plazo de la prisión domiciliaria.
Esto no significa que su situación procesal haya mejorado o que no se le crea a las víctimas, sino simplemente que la dilación del juicio benefició a la religiosa.
Si bien esperará el juicio en libertad, no puede tener contacto con ninguna víctima de ningún tipo y tampoco salir del país.
¿Quién es Kumiko y qué hizo?
Kumiko está imputada del delito de abuso sexual gravemente ultrajante cometido contra un menor, e incluye la “omisión del delito de abuso sexual con acceso carnal” agravado por ser guarda de la víctima y aprovechando la situación de “convivencia preexistente”.
Como se puede observar en las imágenes de Noticiero 9, la religiosa se presentó a declarar en joggins y no de hábito. Pero este detalle es sólo una parte de las contradicciones de Kumiko.
Si bien los investigadores estiman que la monja partició de decenas de abusos, hay tres casos que la comprometen seriamente. El primero de ellos es el que relató una de las menores abusadas en el Próvolo quien indicó que la monja la había obligado a tocarle los pechos y viceversa. El segundo es el de un joven la posicionó como el nexo de Corbacho con los chicos que después iba a ultrajar y el tercero y más aberrante, es el de una niña que declaró que tras contarle a la japonesa que tenía lesionada las partes íntimas por un abuso del cura, Kumiko le puso pañales para que continuara estudiando.
La monja negó todas estas acusaciones y declaró en Tribunales que “los chicos mienten” y que no sabe por qué lo hacen. Uno de los abogados querellantes, Oscar Barrera, explicó por Canal 9, las ambiguedades de Kumiko.
La coartada de Kumiko de hacerse la desentendida de los abusos tiene algunas incongruencias ya que fue parte de una investigación interna del Próvolo, que se desarrolló en 2008, por casos de abuso, que en ese momento separó a José Luis Ojeda, otro de los actuales imputados.
Kumiko además, después de retirarse del Próvolo, deambuló por varias provincias y recayó a la provincia de Buenos Aires, donde se presentaba en los colegios como una “ex” monja para dictar clases de catequesis. Justamente el testimonio de uno de los directores del colegio, permitió acelerar la búsqueda.
Cuando salió de declarar, la monja se enfrentó a la furia de los padres de las víctimas.
La religiosa estuvo detenida de manera preventiva en la cárcel de mujeres Agua de las Avispas de El Challao.