Los bombones de avena con chocolate y dulce de leche son una opción perfecta para quienes buscan disfrutar de un bocado delicioso sin gastar de más.
Con solo unos pocos ingredientes y sin complicaciones, estos bombones te permitirán preparar una merienda deliciosa y casera en muy poco tiempo.
Lo mejor de esta receta es su simplicidad.
No requiere de ingredientes difíciles de encontrar ni de procesos complicados.
Así, no solo ahorrás dinero, sino que también es más fácil preparar estos bombones en casa.
La combinación de la avena, que aporta fibra y textura, con el dulce de leche y el chocolate crea un equilibrio perfecto de sabor y placer.
Si estás buscando una opción económica y rápida para endulzar tus tardes, estos bombones de avena con chocolate y dulce de leche serán la solución ideal.
Además, al ser caseros, podés ajustar la receta a tus preferencias y asegurarte de que estás utilizando ingredientes de calidad.
- 200 g de avena arrollada
- 150 g de dulce de leche
- 200 g de chocolate semiamargo o con leche
- 2 cucharadas de cacao en polvo (opcional)
- Esencia de vainilla (opcional)
- Coco rallado (opcional)
En un bowl grande, combinanos la avena arrollada con el dulce de leche.
Removemos bien hasta que la avena esté completamente cubierta y la mezcla sea homogénea.
Si queremos intensificar el sabor, podemos agregar cacao en polvo y esencia de vainilla a la mezcla.
Tomamos pequeñas porciones de la mezcla y formamos bolitas con nuestras manos.
Colocamos las bolitas en una bandeja cubierta con papel manteca.
Si la mezcla se pega, podemos humedecer ligeramente tus manos con agua para facilitar el proceso.
Podemos espolvorearlas con coco o chispitas
Llevamos la bandeja al refrigerador durante al menos una hora para que los bombones se endurezcan. Una vez que estén firmes, estarán listos para disfrutar.
Para mantener su frescura, los conservamos en un recipiente hermético en la heladera.
Después de formar las bolitas, podemos trocear chocolate y derretirlo en el microondas en intervalos de 30 segundos, removiendo entre cada intervalo hasta que esté completamente derretido o a baño maría, siempre con cuidado de que no se queme.
Una vez que el chocolate esté derretido, sumergimos cada bolita en el chocolate, cubriéndolas por completo. Usamos un tenedor para retirarlas y dejamos que el exceso de chocolate escurra antes de colocarlas nuevamente en la bandeja.
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