Hacer pancitos saborizados en casa es una excelente manera de disfrutar de una merienda especial sin gastar mucho dinero. Además, podés experimentar con diferentes ingredientes.
En estos tiempos en que el presupuesto aprieta, no hay nada mejor que encontrar recetas económicas que, además de cuidar el bolsillo, llenen la casa de aromas deliciosos.
La merienda se ha convertido en un momento clave para disfrutar en familia, y nada mejor que acompañarla con unos pancitos saborizados caseros.
Estos pancitos, además de ser económicos, son fáciles de hacer y pueden personalizarse con los sabores que más te gusten, como queso, orégano y salame.
Así, transformarás un simple pan en un bocado gourmet.
El olor a pan recién horneado es uno de esos placeres simples que todos merecemos disfrutar.
¿Cómo preparar pancitos saborizados?
Para hacer unos 12 pancitos saborizados, vamos a necesitar:
– 500 g de harina 000.
– 10 g de sal.
– 10 g de azúcar.
– 25 g de levadura fresca (o 10 g de levadura seca).
– 250 ml de agua tibia.
– 50 ml de aceite.
– 100 g de queso rallado (puede ser parmesano o el que prefieras).
– 1 cucharada de orégano seco.
– 100 g de salame picado en cubos pequeños.
El paso a paso
En un bol pequeño, disolvemos la levadura con el azúcar y un poco del agua tibia. La dejamos reposar unos 10 minutos hasta que veamos que se forma una espuma en la superficie. Esto indica que la levadura está activa.
En un bol grande, mezclamos la harina y la sal. Hacemos un hueco en el centro y vertemos la levadura activada, el resto del agua tibia y el aceite.
Mezclamos con una cuchara de madera hasta que la masa empiece a tomar forma.
Luego, volcamos la masa sobre una superficie enharinada y comenzamos a amasar durante unos 10 minutos, hasta que esté suave y elástica. Si la masa está muy pegajosa, podemos agregar un poco más de harina.
Extendemos la masa en forma de rectángulo, dividimos en tres partes y esparcimos por encima el queso rallado, el orégano y el salame. Doblamos la masa sobre sí misma y amasamos ligeramente para distribuir los ingredientes de manera uniforme.
Formamos una bola con cada una de las tres masas y las colocamos en un bol enharinado.
Cubrimos con un paño limpio y dejamos reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
Una vez que la masa haya levado, la volcamos sobre la superficie enharinada nuevamente.
Amasamos ligeramente para desgasificarla y las dividimos en porciones iguales.
Formamos bolitas con cada porción y las colocamos en una bandeja para horno enharinada o con papel manteca, dejando espacio entre ellas.
Cubrimos los pancitos con un paño y los dejamos reposar por unos 30 minutos más para que leven un poco más.
Precalentamos el horno a 200°C. Horneamos los pancitos durante unos 20 minutos, o hasta que estén dorados en la superficie y suenen huecos al golpearlos ligeramente en la base.
Sacamos los pancitos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
¡Listo! Ya tenemos pancitos saborizados de queso, orégano y salame, perfectos para una merienda.
Tips
Si querés darle un toque extra, podés pincelar los pancitos con un poco de aceite y espolvorear un poco más de queso rallado o semillas de sésamo antes de hornear.
Esto les dará un sabor y una textura aún más ricos.