Al ser rápida y fácil , esta receta es perfecta para aquellos momentos en que se te antoja algo dulce pero no querés pasar horas en la cocina.
En tiempos donde el ahorro se ha vuelto una prioridad, disfrutar de una merienda deliciosa sin gastar una fortuna parece ser un desafío.
Existen recetas caseras que no solo son económicas, sino también fáciles y rápidas de preparar.
Uno de esos tesoros culinarios es el turrón de avena, una opción perfecta para acompañar el mate, el café de la tarde o la leche de los chicos.
A lo largo de los años, la avena ha ganado popularidad no solo por sus beneficios para la salud, sino también por su versatilidad en la cocina. Es rica en fibra, vitaminas y minerales y además, es un ingrediente que se adapta a numerosas preparaciones, desde desayunos energéticos hasta postres riquísimos.
El turrón de avena, con su textura suave y su sabor dulce, es una muestra perfecta de cómo algo tan simple puede ser tan sabroso.
Esta receta no requiere de habilidades culinarias avanzadas ni de equipos sofisticados, solo ganas de disfrutar de algo rico y casero.
¿Cómo hacer un turrón de avena?
Vamos a necesitar
– 2 tazas de avena instantánea
– 1 taza de azúcar
– 1 taza de leche
– ½ taza de manteca
– ½ taza de cacao en polvo
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
– 20 gramos de galletas.
El paso a paso
En una olla grande, derretimos la manteca a fuego medio. Una vez derretida, agregamos el azúcar y mezclamos bien hasta que se disuelva por completo. Esto le dará al turrón una base suave y caramelizada.
Incorporamos la leche y el cacao en polvo a la mezcla de manteca y azúcar. Continuamos revolviendo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y la mezcla tenga una consistencia homogénea.
Retiramos la olla del fuego y añadimos la avena y la esencia de vainilla. Mezclamos bien hasta que la avena esté completamente cubierta por la mezcla de chocolate. La avena debe absorber parte del líquido, creando una masa pegajosa pero manejable.
Vertemos la mezcla en una bandeja forrada con papel manteca o ligeramente enmantecada.
Intercalamos una capa de la mezcla y una de galletas.
Presionamos bien para que la mezcla se compacte. Podemos ayudarnos con el dorso de una cuchara para nivelar la superficie.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente primero y luego la llevamos a la heladera por al menos una hora para que tome consistencia.