La obesidad se ha convertido en una epidemia global, cuyas raíces se entrelazan en factores genéticos, ambientales y comportamentales. Comprender estas causas es crucial para abordar esta creciente preocupación de salud pública con tratamientos efectivos
En la sociedad contemporánea, la obesidad ha emergido como uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel mundial. Esta condición, caracterizada por un exceso de grasa corporal, no solo afecta la apariencia física, sino que también incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Para abordar eficazmente este problema, es fundamental examinar las diversas causas y factores que contribuyen a su desarrollo, así como explorar las opciones de tratamiento disponibles.
Desde ese lugar, el doctor Jorge Pujol, especialista en obesidad, explicó que “las causas de la obesidad son multifacéticas y complejas, abarcando desde factores genéticos hasta influencias ambientales y comportamentales. A nivel genético, ciertos individuos pueden tener una predisposición hereditaria que los hace más propensos a ganar peso con facilidad”.
-¿Qué otros factores inciden más allá de la genética?
Claramente la genética no lo es todo; el entorno juega un papel crucial. Factores como la disponibilidad de alimentos procesados ricos en calorías, el acceso limitado a alimentos frescos y saludables, así como patrones de alimentación y estilo de vida sedentarios, contribuyen significativamente al desarrollo de la obesidad.
Factores de influencia
Además de los factores genéticos y ambientales, existen otros elementos que influyen en el aumento de peso. La falta de actividad física regular es uno de los principales contribuyentes. En un mundo cada vez más digitalizado, muchas personas pasan largas horas frente a pantallas, ya sea en el trabajo, en casa o en actividades de ocio, lo que disminuye drásticamente su gasto energético diario. El estrés crónico también puede desempeñar un papel, ya que puede llevar a comportamientos alimentarios poco saludables como la alimentación emocional.
Tratamientos posibles
“El tratamiento de la obesidad generalmente requiere un enfoque multidisciplinario que abarque cambios en la dieta, aumento de la actividad física y, en algunos casos, intervenciones médicas o quirúrgicas. Las estrategias dietéticas suelen incluir la reducción de calorías, la elección de alimentos nutritivos y la regulación de las porciones y la medicación adecuada y dada por el profesional”, apuntó Pujol.
La actividad física regular no solo ayuda a quemar calorías, sino que también mejora la salud cardiovascular y el bienestar general. En términos de intervenciones médicas, algunos pacientes pueden beneficiarse de medicamentos recetados que ayudan a reducir el apetito o la absorción de grasas.
“La obesidad es una enfermedad compleja con causas que van más allá de simplemente comer en exceso. Comprender los factores genéticos, ambientales y comportamentales que contribuyen a su desarrollo es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento. Desde cambios en el estilo de vida hasta intervenciones médicas avanzadas, abordar la obesidad de manera integral puede ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir la carga de enfermedades relacionadas en todo el mundo. El ser guiado por el profesional adecuado es vital para un proceso de descenso sano”.
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