“Padres de algodón, hijos de cristal” ¿Cuáles son sus características?

“Padres de algodón, hijos de cristal” ¿Cuáles son sus características?

La crianza es un verdadero desafío en todo sentido, sin lugar a dudas. Uno siempre intenta dar lo mejor, pero esa misma meta es la que puede encerrar una trampa mortal, en donde los padres y madres terminan criando pequeños dictadores, con consecuencias tan negativas como nefastas.

Son padres a los que les cuesta poner límites, cercados siempre por los deseos del hijo o hija, que apuestan a evitarles cualquier tipo de frustración o malestar, que no pasen nunca por un “NO”, a los que les permiten manejar tiempos ajenos y la lista continúa… ¿El costo? Nada más y nada menos que hijos desmadrados desde todo punto de vista, y futuros adultos con grandes problemas.

Por exceso o defecto la crianza no es algo sencillo, pero sí puede contar con herramientas que permitan allanar caminos y no perderse en el intento.

Así lo explica la neuropsicóloga Cecilia Ortiz, quien explica “los denominados ‘padres de algodón’ son aquellos que confunden el ‘proteger’, con ‘sobreproteger’. Entonces se termina pensando que dándoles todo a los hijos, para que supuestamente no sufran, es algo positivo y bueno para ellos. Hay que entender que sufrir es parte de la vida, como la frustración, y eso no implica que se crie a niños infelices. Facilitar todo tipo de situaciones, sólo hace que en la adultez esos niños se transformen en adultos de cristal, es decir se frustren, no sepan enfrentar situaciones y se quiebren como el cristal.

Además, se transforman en seres egoístas y egocéntricos con escasa capacidad de empatía por quien tienen al lado o adelante.

La frase de padres “quiero que me quiera y que no se enoje”, ¿no decanta en falta de límites amorosos?

-Totalmente, de hecho, padres y madres deben entender que los límites son una expresión de amor, no de castigo. La generación adulta de otros tiempos es una generación bisagra en donde el “NO” viene de una educación muy estricta como coletazos de épocas del proceso. Aí el “NO” representa algo negativo, y no tiene que ser así. Entonces no hay reglas claras.

– ¿Por qué son tan importantes estas reglas?

Porque es una mirada de protección a futuro, de lo contrario lo único que hacemos es desampararlos, tratando justamente de hacer lo contrario.

– ¿Es bueno que enfrenten ellos mismos las situaciones, guiándolos?

Siempre. Si el niño no se acordó de comprar el mapa requerido para el estudio, entonces significa que, en lugar de llevárselo, deberá responsabilizarse frente al docente, y ver de qué manera compensa en lo académico, sólo por nombrar un ejemplo. De lo contrario en un futuro la culpa la va a tener el otro (desde su mirada) y no él mismo haciéndose responsable de sus actos.

Hay que entender que decir “no” no es de mal padre o malo. Los límites son también hacia nosotros mismos como adultos, sin la culpa que acarreamos de otras generaciones, internalizando que el “no puedo”, “no tengo”, “no hay”, no es malo, al contario ayuda a fortalecer todo aspecto de la crianza. La sobreprotección se convierte en un patrón dañino y no fortalece la tolerancia a la frustración.

 

Peligros de la sobreprotección según el psicólogo Javier Urra

-Damos a los hijos siempre la razón aunque no la tengan.

-Permitimos que nos chantajeen.

-Les transmitimos nuestros miedos y ansiedades.

-Invadimos sus espacios de libertad.

-No les enseñamos a solucionar por sí mismos los problemas.

-Se convierten en niños egoístas y narcisistas.

-Aprenden a mentir como protesta a nuestra actitud fiscalizadora.

-No les dejamos fortalecer su voluntad