Al reinado de los realities Telefé lo compensa con superproducciones de ficciones extranjeras. Esta vez, a diferencia de años anteriores la apuesta para mantener los números de rating, o al menos hacer el intento, que dejó Gran Hermano cae sobre Pantanal, un producto audiovisual de origen brasilero.

Pantanal, en su versión original, estuvo en pantalla entre marzo y diciembre de 1990 transmitida por la señal SBT, luego de que durante años su guion estuviera guardado. Incluso en 1984 estuvo a punto de hacerse una versión que no llegó a buen puerto -a la que se conocería como Amor Pantaneiro– debido al clima reinante en la zona. Tras ello, volvió al ostracismo hasta 1989 cuando se reflotó la idea.

Pero la versión que cada noche Canal 9 Televida pone al aire al término de la edición central de Noticiero 9 es más moderna que la de 1990 y fue una apuesta gigante de los creadores de Avenida Brasil. Y si bien en Brasil arrancó con números de rating que ponían en duda su continuidad, al cabo de un par de semanas el país se paraba para ver la historia de amor de José Leoncio, Madeleine y qué le deparará el destino al joven Joventino.

En un informe elaborado en 2016 se eligió a esta producción como la cuarta mejor telenovela de la televisión brasileña, superada por Roque Santeiro, Vale Tudo y Avenida Brasil, recordada también por el público argentino, que incluso aún la puede encontrar haciendo zapping en los canales de cable.

Como sucede con las grandes producciones de épocas pasadas, para este 2022 se eligió retomar ese proyecto y adaptarla a los tiempos modernos, sin dejar de lado su mirada clásica. Uno de los distintivos es sin dudas la elección de los escenarios naturales, envidia de muchos países. De hecho, el nombre de la novela refiere directamente a la zona donde fue filmada.

Reserva de la Biosfera y Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, el Pantanal es la mayor llanura inundable del planeta y cuenta con una superficie de 135 mil hectáreas, ocupando el oeste de Brasil y parte de Paraguay y Bolivia. Más de 1.130 especies de mariposas, 650 de aves, 230 de peces, 120 de mamíferos y 90 de reptiles ya fueron catalogadas allí, siendo uno de los destinos más buscados para los amantes de la naturaleza y los observadores de aves.

En Mato Grosso do Sul se puede llegar al Pantanal desde Miranda, Aquidauana y Corumbá. Una de sus características distintivas es que en todas las épocas del año se podrán ver diferentes paisajes, ya me mientras entre los meses de abril y septiembre -el denominado período seco- el paisaje es más verde y los animales salvajes salen en busca de alimento y pareja para la temporada de apareamiento. Los otros meses son el período en que llueve más y sube el nivel de los ríos, los paisajes se inundan, las aves aparecen con más frecuencia y la puesta de sol se vuelve aún más increíble.

Los humedales son ecosistemas influenciados por las inundaciones. Los ríos de la región inundan cada año el 80% del Pantanal. El proceso comienza en octubre con el inicio de la época lluviosa. Este sistema crea una enorme concentración de vida animal. Los peces retenidos en lagunas y áreas inundadas atraen una gran variedad de aves.

Según WWF – World Wildlife Fund-, más de 3.500 especies en lo que respecta a flora se encuentra en la zona. Y a pesar de la expansión de la ganadería, que tiene más de 200 años en esta región, el Pantanal mantiene más de 85% de su cobertura vegetal nativa, con influencia de sabana y muy frondosa en áreas junto al río.

Poco a poco gana espacio un turismo interesado en la observación de la fauna y de sus riquezas naturales. Turistas de todo el mundo acuden allí para realizar safaris fotográficos y capturar momentos únicos de la naturaleza en todo su esplendor.

Hay varias recomendaciones que los viajeros deben tener en cuenta antes de aventurarse por los húmedos rincones del Pantanal, como llevar lentes de sol, protector solar, prendas claras y ligeras y repelente.

Cabe recordar que la zona se encuentra ya recuperada en un ciento por ciento luego de los impactantes incendios forestales de 2020 que causaron la muerte inmediata de hasta 16,9 millones de vertebrados, entre ellos lagartos, aves y primates, según se desprende de un estudio publicado a fines de 2021 por la revista Scientific Reports.