Mendoza está conmovida por el asesinato de Héctor Enrique Pelayes, un policía retirado de 60 años que se enfrentó a tiros con dos delincuentes que entraron a su casa el domingo en la noche. El hombre salía de bañarse cuando se percató que dos ladrones armados y encapuchados estaban en la vivienda, la misma en la que estaba la hija del hombre, dos nietos y otro joven.
El hecho ocurrió cerca de las 21.30 en una casa de la calle Godoy Cruz, en Corralitos, Guaymallén. En un fuego cruzado murió Pelayes y uno de los ladrones, mientras que el otro se escapó y es intensamente buscado. Cuando llegó la Policía y la ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado constataron que ambos estaban muertos. Los cuerpos sin vida habían quedado a un metro de distancia.
Roberto Pereyra, el delincuente muerto, tenía un historial delictivo considerable a sus 36 años. Había sido condenado en 2016 por el homicidio de una persona durante un robo. Su sentencia inicial de 12 años y 6 meses de prisión fue reducida, y en abril de 2023, se le otorgó la libertad condicional, tras haber cumplido más de siete años en prisión, incluyendo el tiempo de prisión preventiva.
La controversia sobre su liberación se centra en un artilugio legal conocido como "juicio abreviado", que permitió a su defensa reducir la condena. Originalmente, Pereira enfrentaba una imputación de homicidio criminis causa, lo que conlleva una pena de 25 años de prisión. Sin embargo, mediante el juicio abreviado, la calificación del delito se cambió a homicidio en ocasión de robo, reduciendo significativamente la pena.
La familia de Héctor Pelayes, quien perdió la vida en el enfrentamiento, sospecha que los delincuentes no ingresaron a la casa solo para robar, sino que buscaban algo más específico.
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