Durante mucho tiempo, hemos priorizado la salud física, descuidando en ocasiones el bienestar emocional. Sin embargo, esta dimensión de nuestra vida es fundamental para experimentar una forma de vivir plena y satisfactoria. Nuestra salud mental influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos, y tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida.
Como explica la psicóloga Vanesa Elías "me gusta que hablemos de salud emocional y no mental, ya que en realidad lo que tenemos medio quebrado es la salud emocional y todo lo que tiene que ver con el mundo de las emociones. Las personas tienden a sentirse tristes, angustiadas, con pánico...Luego todas esas emociones se manifiestan en lo que entendemos como salud mental, que va cambiando según la época y la cultura, pero la emocional no.
Totalmente. Si tenemos algo que nos duele desde el punto de vista físico, nos ocupamos. Pero con la salud emocional no sucede así. Es como que vamos en automático hasta que todo se va transformando en una bola gigante que por algún lado, decanta. La cabeza responde a las emociones y se manifiesta en el cuerpo. Es una triada mente-cuerpo-alma. La cabeza lo que hace con las emociones, es ver con qué emociones me relaciono mejor, y con qué otras no, y miramos para otro lado ya que nos han enseñado que no son positivas.
-Equilibrio general: Al igual que una buena alimentación y ejercicio físico, el bienestar emocional contribuye a nuestro equilibrio general.
-Relaciones saludables: Una buena salud mental nos permite establecer relaciones más sólidas y satisfactorias con los demás.
-Mayor resiliencia: Las personas emocionalmente sanas son más capaces de afrontar el estrés y los desafíos de la vida.
Mayor productividad: Sentirse bien emocionalmente aumenta nuestra capacidad de concentración y creatividad.
Prevención de enfermedades: El estrés crónico y las emociones negativas pueden debilitar nuestro sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades.
Autoobservación: Prestá atención a tus pensamientos y emociones a lo largo del día. Identificá qué te hace sentir bien y qué te genera malestar.
Meditación y mindfulness: Estas prácticas te ayudarán a calmar tu mente y a estar más presente en el momento.
Expresión de emociones: No tengas miedo de expresar tus sentimientos, ya sea a través del diálogo, el arte o el ejercicio físico.
Conexión con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza puede tener un efecto muy positivo en tu estado de ánimo.
Buscar apoyo: Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental si necesitas ayuda.
Mayor autoestima: Aprender a gestionar tus emociones te va ayudar a sentirte más segura
Reducción del estrés: Las técnicas de relajación y mindfulness te ayudarán a manejar el estrés de forma más efectiva.
Mejora del sueño: Un buen estado emocional contribuye a un sueño más reparador.
Aumento de la creatividad: Cuando estás emocionalmente bien, sos más capaz de pensar de forma creativa y encontrar soluciones a los problemas.
Mayor satisfacción con la vida: Al cuidar de tu bienestar emocional, experimentás una mayor sensación de felicidad y plenitud.
"Cada persona es única y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Explorá diferentes técnicas y encontrá lo que mejor se adapta a tus necesidades", cocnluyó Elías.
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