La vida de una pareja británica cambió de la noche a la mañana cuando se ganaron la lotería, pero hicieron un pésimo manejo de la fortuna y no solo perdieron todo, sino que se separaron. La historia de Roger y Lara a copado distintos medios de comunicación a lo largo de los últimos 20 años porque pasaron de ser clase media, a tenerlo todo y, después, a perderlo todo.
En 2005 se convirtieron en millonarios tras ganar más de 2.76 millones de dólares, una cifra que prometía comodidad y lujos. Sin embargo, su historia tomó un giro inesperado, cuando malas decisiones financieras y un estilo de vida descontrolado los llevó a quedar casi en ruinas.
La pareja decidió dejar sus empleos tradicionales con la idea de vivir de sus ganancias, bajo un plan de gastos moderados. Sin embargo, no pudieron hacerlo y los planes se salieron de control. Compraron una mansión en Yorkshire por 800 mil libras y, poco después, empezaron a gastar en joyas, ropa de diseñador y vacaciones de lujo a destinos como Dubái, Mónaco y Nueva York. El dinero se esfumaba, y los problemas financieros no tardaron en llegar.
Roger quería ser músico e invirtió grandes sumas en su carrera, pero no le fue bien. Lara, por su parte, compró un lujoso Lexus 4x4 y pagaba 12.000 euros anuales por la educación de sus dos hijas, lo que agravó su situación económica.
En 2010, un incendio devastó su mansión, y al no contar con un seguro adecuado, la pareja quedó en la ruina. El declive financiero fue acompañado de problemas personales. Roger y Lara se separaron tras un escándalo de infidelidad.
Hoy en día, ninguno de los dos conserva nada de la fortuna ganada en la lotería, y viven con presupuestos modestos. A pesar de todo, Lara ha afirmado que no se arrepiente de haber gastado el dinero como lo hizo, y asegura que se divirtió a lo grande durante esos años.
Lara, ahora de 53 años, dijo: “Ganar la lotería no arruinó mi vida. Lo gasté sabiamente y me lo pasé genial”, afirmó.
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