La prueba semanal era para que participaran todos, de allí se define el presupuesto de dinero con el que cuentan para hacer las compras de suministros de la semana, y como algunos de los chicos prefirieron seguir durmiendo en lugar de trabajar por el bien común, Licha, también conocido como Lisandro se enojó. 

GRAN HERMANO: UN ACTING POSIBLE Y UNA PLACA POSITIVA CON SUBE Y BAJA

Para cada acción existe una reacción, incluso para cada decisión. Como en este caso en donde algunos de los participantes de Gran Hermano prefirieron dormir un poco más pero esto terminó afectando la prueba semanal de donde sale el presupuesto para comprar alimentos para todos.

El desafío consta de: “En el jardín de la casa encontrarán una canaleta gigante, por la cual caerán pelotas en diferentes momentos del día. En la casa sonará una alarma y, al unísono, en la pantalla del living aparecerán los nombres de los participantes, seguido de una cuenta regresiva. Esto indicará que una pelota está en juego. Quien o quienes hayan aparecido en la pantalla deberán correr y atrapar la pelota que está cayendo por la canaleta, antes de que toque el piso. Si una pelota toca el piso, se computará un error”.

Alrededor de las nueve de la mañana, la chicarrra que indica que los competidores deben correr a atrapar la pelota comenzó a sonar, sin embargo, la mayoría se encontraban durmiendo. Pese a que estaban en el sillón al lado de la televisión que mostraba los nombres, les costó levantarse y cumplir con su labor.

De esta manera, Martín Ku comenzó a gritarles a Lucía y a Zoe, que eran las seleccionadas. Rápidamente, las jóvenes lograron reaccionar pero, cuando las pelotas comenzaron a caer, no lograron agarrarlas y tocaron el piso. 

Por esta razón, Licha mostró su enojo en una conversación con el Chino, ya que eran los únicos junto a Virginia que estaban despiertos en ese entonces. “Si recién te levantas y vas con los ojos cerrados es imposible, entonces si quedan 2 horas ¡despertémonos!”, lanzó picante. 

“Hay un tema de mayorías acá, si la mayoría está durmiendo, no podés obligarlos a que todos se despierten”, lo contradijo Martín. Pero Lisandro Navarro mantuvo su postura: “Se toman como un juego o como la actividad del día y es la comida de la semana”.