Tiros, alevosía, deudas y un terrible mensaje: cómo mató a sus dos hijos la mujer policía en San Luis

El estremecedor caso ocurrido en San Luis ha conmocionado a todo el país. Marina Abigail Silva, de 34 años, una oficial de policía, asesinó a sus dos hijos, Bautista Funes, de 2 años, y Sofía de La Rocha, de 7 años, en su casa del barrio Los Fresnos. Lo hizo mientras los niños dormían, disparándoles en la cabeza y el pecho con su arma reglamentaria. Según dejó por escrito, su intención era evitar que "fueran una carga para nadie", en un contexto de serios problemas económicos. La mujer tenía la intención de suicidarse, pero la detuvieron.

Según la investigación liderada por la fiscal adjunta Antonella Romagnoli, Silva había planeado todo con antelación. Primero, abrió una garrafa para dejar escapar el gas dentro de la vivienda. Luego, en la madrugada del martes, aprovechó que los niños dormían en la cama matrimonial para cometer el filicidio.

La oficial utilizó su pistola reglamentaria, una Bersa de 9 milímetros, y realizó un total de cinco disparos. Antes de atacar a sus hijos, hizo un tiro de prueba en el colchón. Luego, con una almohada y una toalla, disparó dos veces a cada niño: en la cabeza y en el pecho. Los resultados de la autopsia confirmaron que ambos menores murieron por lesiones cerebrales y pulmonares.

Según comunicaron medios locales, la mujer tenía una situación económica complicada. Su padre, Diego Silva,  indicó que la acusada tenía deudas millonarias, aunque nunca reveló el origen de sus problemas financieros. "Le presté la tarjeta, le saqué préstamos, y lo mismo hizo toda la familia", confesó.

La oficial dejó una carta escrita en el cuaderno de su hija donde mencionaba que su sueldo estaba embargado y que las deudas no eran culpa de su expareja ni de su madre. "Me llené de deudas sola y no supe cómo manejarlo", escribió. Y pidió disculpas, se despidió de sus padres, de sus hermanos y del papá, de su hijo menor. También expresó que no quería dejar a sus hijos como una carga para nadie y que quería estar con ellos.

Además, las investigaciones confirmaron que Silva tenía una deuda de casi 7 millones de pesos, gran parte de ella adquirida en empresas de microcréditos, y en los últimos tres meses había sumado obligaciones por más de 2 millones de pesos.

Tras cometer el doble homicidio, Silva intentó quitarse la vida, pero se arrepintió y huyó hacia el dique Cruz de Piedra, donde fue detenida. Actualmente, Marina Silva está bajo prisión preventiva y enfrenta la acusación de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por alevosía, agravado por el uso de arma de fuego. Este delito podría llevarla a una condena de prisión perpetua. Durante la audiencia de acusación, Silva se abstuvo de declarar.