En los tiempos actuales, donde la economía del hogar y el cuidado del medio ambiente son prioritarios.
Encontrar soluciones prácticas y económicas se ha vuelto una necesidad.
Entre los productos esenciales para la limpieza diaria del hogar, el jabón líquido destaca por su versatilidad y uso frecuente.
Hacer tu propio jabón líquido en casa ofrece múltiples beneficios. No solo ahorrás dinero, sino que también tenés el control total sobre los ingredientes, asegurándote de que sean naturales y seguros para tu piel y el medio ambiente.
Además, podés personalizar el aroma a tu gusto, eligiendo aceites esenciales que no solo proporcionen un olor agradable, sino que también ofrezcan propiedades beneficiosas para la piel.
- 1 barra de jabón.
- 1 litro de agua destilada.
- 1 cucharada de glicerina vegetal (opcional, para un extra de suavidad).
- Aceites esenciales al gusto (lavanda, limón, menta, etc.).
- Rallador de queso.
- Olla grande.
- Embudo.
- Botellas dispensadoras de jabón.
Utilizamos el rallador de queso para rallar la barra de jabón. Este paso es importante porque facilita la disolución del jabón en el agua. Cuanto más finas sean las virutas, mejor.
En una olla grande, calentamos el litro de agua destilada a fuego medio. Es importante que el agua no llegue a hervir, solo necesita estar lo suficientemente caliente para disolver el jabón rallado.
Añadimos el jabón rallado al agua caliente y removemos constantemente hasta que se disuelva por completo. Esto puede llevar unos minutos, así que tené paciencia.
Si has decidido usar glicerina vegetal, este es el momento de añadirla a la mezcla. La glicerina ayudará a que tu jabón sea más suave y agradable para la piel.
Una vez que el jabón se haya disuelto completamente y la mezcla esté homogénea, la retiramos del fuego.
Ahora es el momento de añadir los aceites esenciales. Podés usar una combinación de tus aromas favoritos.
Por ejemplo, para un aroma relajante, podés usar lavanda y manzanilla. Para un aroma fresco y energizante, puede ser limón y menta.
Añadí unas 20-30 gotas de aceites esenciales en total y mezcla bien.
Dejá que la mezcla repose y se enfríe por completo. Durante este tiempo, el jabón puede espesar un poco. Si al final de este proceso vemos que el jabón está demasiado espeso para nuestro gusto, podemos añadir un poco más de agua destilada y mezclar bien hasta alcanzar la consistencia deseada.
Utilizando un embudo, viertemos nuestro jabón líquido casero en las botellas dispensadoras.
Asegurate de etiquetarlas adecuadamente, especialmente si has hecho diferentes aromas.