La acumulación de sarro y óxido en la pava eléctrica es un problema común en muchos hogares.
Con el tiempo, el uso constante de agua del grifo, rica en minerales como el calcio y el magnesio, puede provocar la formación de depósitos de sarro.
Además, el óxido puede aparecer debido a la exposición constante al agua. Estos residuos no solo afectan el rendimiento del electrodoméstico, sino que también pueden alterar el sabor del agua hervida.
Hoy te traemos un truco casero eficaz y fácil de realizar para mantener tu pava eléctrica impecable sin necesidad de refregar.
Una pava eléctrica limpia no solo garantiza un funcionamiento óptimo, sino que también asegura que el agua que consumes esté libre de impurezas y sabores indeseados.
El sarro y el óxido no solo pueden reducir la eficiencia del aparato, aumentando el tiempo necesario para hervir el agua, sino que también pueden causar daños irreversibles a largo plazo.
Mantener tu pava eléctrica en buen estado es esencial para prolongar su vida útil y mejorar la calidad de tus bebidas calientes.
El limón es conocido por sus propiedades ácidas, que lo hacen un excelente agente desincrustante. Su acidez natural ayuda a disolver los depósitos de sarro y a eliminar las manchas de óxido.
El bicarbonato de sodio, por otro lado, es un abrasivo suave que potencia la acción limpiadora del limón sin dañar la superficie de la pava eléctrica. Juntos, estos dos ingredientes forman una combinación poderosa para limpiar tu electrodoméstico de manera efectiva y segura.
Cortamos un limón por la mitad y exprimimos su jugo en la pava eléctrica vacía.
Añadimos una cucharada de bicarbonato de sodio al jugo de limón dentro de la pava.
Llenamos la pava con agua hasta la marca de llenado máximo.
Encendemos la pava eléctrica y dejamos que la solución de limón y bicarbonato hierva.
Una vez que el agua haya hervido, apagamos la pava y dejamos que la solución repose en su interior durante al menos 30 minutos. Esto permitirá que la acidez del limón y la acción abrasiva del bicarbonato descompongan el sarro y el óxido.
Pasado ese tiempo, vaciamos la pava y la enjuagamos bien con agua fría para eliminar cualquier residuo de la solución limpiadora.
Llenamos la pava con agua limpia y ponemos a hervir nuevamente para asegurarnos que no queden restos de limón o bicarbonato.
Vaciamos el agua hervida y la enjuagamos una vez más.
Dejamos la tapa abierta para permitir que la pava se seque completamente al aire antes de guardarla.