Un nene mendocino se confundió con un “monumento en la Alameda” y estallaron las redes sociales

Un nene mendocino se confundió con un “monumento en la Alameda” y estallaron las redes sociales

Justo donde solían estar ubicados los leones, en el comienzo del paseo mendocino, un pequeño realizó una broma y se volvió viral.

Mendoza, sin lugar a duda, presenta increíbles escenarios y paisajes que decoran la escena local día a día. Uno de ellos es el paseo de la Alameda, ubicado en pleno centro. En las últimas horas, un vídeo llamó la atención, un pequeño nene que pasaba por el lugar se llevó una confusión con uno de los monumentos donde salían estar ubicados los tradicionales leones.

La Alameda, el paseo que comienza en calle Córdoba y acompaña todo el trayecto a la avenida San Martín hasta llegar a Ayacucho, se ha transformado en un clásico de Mendoza. Con una acequia como protagonista principal y los árboles colocados a los costados, son cientos los mendocinos y turistas que pasan por allí cada día. En el mismo hay diferentes monumentos como el homenaje a San Martín y su hija Merceditas y unas esculturas de leones que desde hace un tiempo fueron retiradas para ser restauradas.

Fue justo en el comienzo del paseo, donde solían estar ubicadas estas esculturas, que en las últimas horas, un video de TikTok llamó la atención. Un pequeño mendocino que se encontraba en el lugar decidió bromear con la situación, y es que desde hace meses la pilastra se encuentra vacía, por lo que el nene sufrió una confusión.

Mamá llegamos a Mar del Plata”, comienza el vídeo, a lo que la madre del pequeño le contesta “¿Cómo que llegamos a Mar del Plata?”, y sin vacilar un segundo, el nene se dio vuelta y expresó “y sí, está el lobo marino”. Lejos de querer sonar ofensivo, en el vídeo aclararon que se trataba de un poco de humor, ya que estalló en las redes sociales y le sacó una pequeña risa a más de un usuario en TikTok.

¿Qué pasó con los leones de la Alameda?

Una de las preguntas que más se hicieron en los comentarios del video fue cual fue el destino de los leones que se encontraban en la Alameda. Hace aproximadamente un par de meses, las obras creadas por Juan José Cardona, fueron retiradas del lugar para llevar cabo diferentes obras en la zona. Las mismas fueron sacadas dentro del programa de puesta en valor del Portal Alameda que impulsa la Municipalidad de ciudad.

Según comunicaron desde el municipio a Diario El Sol, se estima que los mismos sean reubicados en julio de este año. Las esculturas se encuentran, actualmente, en las instalaciones del Museo Municipal de Arte Moderno, donde fueron sometidos a trabajos de restauración por Cristina Sonego y su equipo, bajo la supervisión de la nieta del creador, Rosana Cardona.

La Alameda: el paseo mendocino

A pedido de los vecinos, los alcaldes comenzaron a gestionar en 1806 un paseo que luego se pasó a llamar “La Alameda” situado a un costado de la calle principal, la actual avenida San Martín –hasta la década de 1880 llamada San Nicolás–.

El 13 de agosto de 1808, nació oficialmente “La Alameda” como paseo, al ser aprobada su construcción por el Cabildo. El mismo tuvo una extensión original de seis cuadras y se construyó con la ayuda de los vecinos, para esto se tomó como modelo el Paseo del Tajamar, de Santiago de Chile. Por iniciativa del español Juan Francisco Cobo se plantaron allí álamos, introducidos por él a la provincia.

Durante la gobernación intendencia del General José de San Martín en 1814, la Alameda fue embellecida y extendida a sus 7 cuadras actuales, convirtiéndose en un verdadero paseo público con una doble hilera de álamos, un rosedal y asientos de cada lado, generando un nuevo ámbito social separado de la plaza fundacional.

Se dice que la costumbre de pasear por la Alameda la iniciaron el mismo San Martín y su esposa, Remedios Escalada.

Muchos personajes relacionados con la Campaña Libertadora pasearon por la Alameda y también numerosos viajeros la visitaron, dejando crónicas que reflejan lo que allí sucedía en otras épocas.

Hacia 1825, algunos viajeros dieron sus impresiones sobre la tranquilidad de la ciudad y algunas costumbres de sus habitantes, como dormir la siesta, tomar postres de nieve (helado) mientras paseaban por la Alameda y bañarse en el Tajamar (un antiguo canal de riego que hoy corre entubado debajo de este paseo).

Hacia 1911, debido a su mal estado vegetativo, los álamos originales que le dieron su nombre fueron remplazados por tipas blancas y acacias visco que hoy luce el paseo.