Investigaciones destacaron que la actividad física en compañía es una herramienta para mejorar la performance. Un ejemplo de ello es el asombroso caso de los Diang, una familia china que acaparó la atención en los últimos días por su rotundo cambio de figura.
Oriundos de Xiamen, en la provincia de Fujian y al sudeste de China, este grupo de parientes se propuso cambiar de estilo de vida y adoptar costumbres saludables a través del ejercicio físico y la dieta.
La idea fue de Jesse, un fotógrafo de 32 años, que animó a sus padres y su esposa a seguir la iniciativa. Y el plan terminó siendo un rotundo éxito que se difundió rápidamente por las imágenes en las que el joven registró los progresos.
La historia comenzó cuando la madre de Jesse -cuya esposa estaba embarazada- decidió trasladarse temporalmente a su hogar para ayudar a la pareja durante la gestación y los primeros meses de maternidad. Días más tarde, el joven invitó también a su padre a vivir todos juntos por un tiempo.
En la convivencia, Jesse advirtió que su padre no se encontraba bien: "Cuando algunas pérdidas comerciales lo deprimieron, noté que su salud estaba disminuyendo y esto me entristeció", mencionó.
Observando que estaba excedido de peso y bebía mucho, pensó que un programa para perder peso le ayudaría a recordar la pasión por la vida: "Quería ayudarlo a recuperar la salud nuevamente, así que le propuse bajar 10 kilos juntos". A ellos también se sumaron las dos mujeres.
Al cabo de seis meses, los cuatro integrantes cambiaron radicalmente sus cuerpos. Todos bajaron de peso, incluso la esposa de Jesse (el hijo nació en mayo). Y en particular, los varones alcanzaron una musculatura considerable.
En la primera etapa hicieron caminatas rápidas, después empezaron a correr y más tarde se inscribieron en un gimnasio. Cada diez días publicaron fotografías para compartir los resultados, que sirvieron de motivación.
Los Ding, también adaptaron la dieta, aunque más allá de la elección de alimentos Jesse valora más el hecho de que cada comida se haya convertido en una reunión familiar infaltable en la agenda diaria: "Una cosa que es muy importante para mí es tener comidas juntas, como una familia. Comida casera, no comida rápida", dijo. "Esto ayuda mucho".
El proyecto duraría desde el 10 marzo hasta el 30 de septiembre. Esa era la intención inicial. Pero una vez cumplido el período fijado continuaron manteniendo los hábitos. El trabajo mancomunado inspiró a cada uno a seguir adelante. Y las fotos del "antes y después", un impulso.
Según los especialistas, la actividad en conjunto tiene impacto físico, mental y emocional: cuando se realiza acompañado puede ser más dinámica, se cuenta con la ayuda permanente (para señalar un error, motivar o incrementar el grado de dificultad del ejercicio) y es también una competencia sana con el colega, una medida para evaluar la progresión.