Por: Marina Correa

La amistad entre Emiliano y Juan Pablo tiene un nombre y ellos mismos la bautizaron así, se llama “Los fieles”. Y es a consecuencia que estos jóvenes maipucinos se conocieron mientras iban a las charlas para su confirmación en la iglesia, charlas de las que se escapaban antes, para tener las suyas propias. Ambos además, entrenaban en el mismo club, en Coquimbito Peñaflor y el compañerismo en la cancha y en la vida, siempre de ida y vuelta mientras caminaban, lo sellaban con un café que compraban a algún vendedor ambulante. Esa bebida estaba presente en sus vidas y la idea de hacer un proyecto conjunto no tardó en llegar.

“Hefesto Café” es el nombre que eligieron para concretar su propio negocio ambulante, Hefesto por cierto viene de un nombre de la mitología griega, Dios del fuego, la metalurgia y la artesanía. Y es con esta última concepción de la palabra que se quedaron, porque su café está hecho con la impronta de ellos, con ese saborcito de la materia prima elegida especialmente para saborear una grata emoción. “Nuestro lema es forjar lazos a través de una taza, esto significa que cuando te tomás un café no solo estás bebiendo algo calentito, sino que se despiertan los sentidos para poder encontrar puntos en común con los demás”, dice Emiliano el “encargado de redes” de Hefesto Café.

Café sobre ruedas, café para el alma

Sobre un carrito de supermercados subieron el sueño de su emprendimiento, lo acondicionaron con maderas usadas, reciclaron materiales y con una inversión inicial Hefesto comenzó a circular. Dividieron el emprendimiento en dos puntos, la plaza departamental de Maipú, y en el propio distrito donde viven que es en Coquimbito. En un principio fueron 3 los socios fundadores, Emiliano, Juan Pablo y Adrián Herrera (quien no pudo continuar el proyecto). Así, un sábado 18 de junio de 2022, el humeante café ya estaba listo para recibir a sus primeros clientes.

“Siempre que charlamos con Emiliano la idea ha sido la misma, nosotros queremos no ser las personas con más dinero, sino con más tiempo. Eso no quiere decir que el dinero no nos importe, sino que se vive con tantas ocupaciones que se va reduciendo el círculo de lo que podemos disfrutar y conocer”, cuenta por su lado Juan Pablo con una gran sonrisa.

Para concretar este sueño, no es menor el sacrificio que ambos hacen, se levantan aproximadamente a las 5:30am, preparan todos sus productos y se van a vender su café. Una rutina que se ha convertido en uno de los TikTok más vistos y aunque ellos dicen no reconocerse como influencers, admiten las visualizaciones y respuesta de la gente los ha emocionado. “Creo que la sorpresa es que seamos jóvenes, que veamos esta cafetería ambulante como un negocio con perspectiva de futuro. No es ni un hobby ni algo que tomemos a la ligera, todo lo contrario, cada persona que se para a tomar un café, es una historia de vida que nos interesa conocer”, dice Emiliano. Quien relata así han recibido desde clientes que se animaron a contarles viven en un auto, a personas que perdieron a algún ser querido en la pandemia, como también los que están felices porque esa charla y el café los alienta a seguir con energías positivas su día.

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Juan Pablo Irrera Dondero, cursa actualmente la carrera de Contador Público en la UNCuyo, ahí va diariamente luego de terminar de atender su local rodante. También juega al pádel, fútbol, básquet, vóley, todo lo que sea un partidito que lo haga mantenerse en movimiento. Por su lado Emiliano Devita, es el comunity de la cafetería ambulante, “me encargo de crear los contenidos para redes y me ocupo de leer libros de desarrollo personal y filosofía, también hago cursos de marketer digital”, Emiliano es otro practicante de varios deportes y ambos están felizmente de novios y como dicen en dúo “muy enamorados”.

“Vimos el impacto que tenía TikTok (@Emidevita) y que llegábamos a la comunidad mendocina y nos hemos ocupado de mantener esa relación. Actualmente tenemos más de 21.000 seguidores y sigue creciendo y en Instagram (@hefesto.cafe @juanpyirrera @emidevita) también se ha sumado muchísima gente. Sabemos que es un portal que exige una continua interacción, por eso nos lo tomamos con el mismo compromiso que hacer un café”, dice Emiliano.

Café y “Chocolate”

Varios amigos y amigas les ha generado este café ambulante, que va entregando café y recibiendo visitas continuas. Una de ellas ha sido fiel desde el principio y es la presencia del perrito callejero “Chocolate”. “Lo adoramos, él sabe exactamente a qué hora llegamos a nuestra esquina cada día y ahí está esperándonos. No había otro nombre para él que no sea Chocolate, es hermoso y queremos encontrarle un hogar. Nosotros estamos todo el día afuera de casa y realmente no podríamos darle la calidad de vida que él merece, por eso ahora le estamos buscando entre nuestros clientes un hogar. Vamos a llorar mucho cuando se vaya, porque es nuestra compañía, pero será también un llanto de emoción, porque no pararemos hasta verlo en junto a una familia que lo ame”.

Esquina humeante

El café favorito de Juan Pablo es el capuchino, mientras que el de Emiliano es el caramel macchiato, y muy pronto Hefesto aparte de vender el más pedido del día que es café con leche y una raspadita, sumará el café de especialidad. “Prontito vamos a poder anunciarlo con bombos y platillos, porque nuestra idea es multiplicarlos, que este proyecto se replique y fuera de Mendoza”.

Cada mañana de 7 a 11:30h, en Urquiza y Rocca del distrito de Coquimbito en Maipú, se instala Hefesto Café, en esa esquina que ya es su esquina “humeante”. “Nuestro sueño más grande es tener tiempo para nuestros seres queridos, tener tiempo para disfrutar mucho del trabajo que nos gusta, practicar deportes y lograr una libertad financiera. En definitiva, vivir cada día como si fuera el último y siempre saboreando un rico café”.